BEATA CELESTE CROSTARROSA, APORTES A LA CONGREGACION REDENTORISTA.
Junio 2016. José Pablo Patiño C. Misionero Redentorista.
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LA MUJER fue tenida
en aprecio por Jc. y por san Pablo; y la MADRE CELESTE por san Alfonso, su confesor y director. San
Gerardo fue confidente y consejero; los
primeros redentoristas hablaban de ella y de sus religiosas como de “de nuestro mismo Instituto”.
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Sin embargo, con el correr de la historia la mujer, en general, fue relegada en la
Iglesia, y en el instituto alfonsiano, también se ignoró a la Madre Celeste Crostarrosa. La relegación de la mujer en la Iglesia quizá
acaeció por la herencia patriarcal de Israel y del Oriente. Es posible que en
ello influyera la actitud negativa de san Agustín, debido a su aversión por lo sexual, luego de su
conversión. Pero dejemos esta cuestión en manos de los historiadores.
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En cuanto a la Madre Celeste, influyó, además de
las mismas motivaciones que en la Iglesia respecto de la mujer, el querer
eliminar, aún en san Alfonso, la idea de que ella había sido el origen del
Instituto. Varios de los compañeros de san Alfonso, que no querían perderlo, le
decía que estaba dejándose confundir por las visiones de una monja ilusa. Se
consideraría además poco masculino depender de los escritos y visiones de una mujer
y monja. Si alguno tiene interés puede entrevistar al respecto al P. Córdoba,
especialista Historiador.
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¿Qué ha perdido la Iglesia por su escasa atención a
la mujer? ¿Qué ha perdido la Congregación por el anonimato al que ha reducido a
la Madre Ma. Celeste durante tanto tiempo? Sería de interés analizar los
efectos de esta doble realidad.
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Nos alegramos porque el Papa Francisco ha propuesto
(18 de junio) en la Iglesia a la Madre
Celeste Crostarrosa como digna de imitación y veneración en la condición de
Beata. Por mi parte, como memoria de gratitud intento ahora llamar la atención sobre cuatro
aspectos de la Madre Celeste que pueden enriquecer la vivencia de nuestro
carisma redentorista. Sigo en esta exposición al P. Emilio Lage, devoto y sabio
admirador de la Madre Celeste.
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APORTES
DE LA MADRE CELESTE CROSTARROSA A LA VIDA RELIGIOSA Y AL CARISMA REDENTORISTA.
1.- La Dimensión contemplativa
y mística.
2.- Conocimiento de Jc. en
el Evangelio.
3.- La humanidad de Jc.
4.-
Memoria viva de Jesucristo.
1.- La Dimensión
contemplativa y mística.
El Mandala y acuario: terapias del stress.
-Necesidad
de unificación en medio de la dispersión en el mundo de hoy. No comprensión de
lectura (OCEDE). Falta de concentración. Abundan las ofertas de superación y de
curación de ansiedades; la mente en blanco, los mantras, los Mandalas y otras
terapias de la tensión y el stress.
Como
cristianos y religiosos tenemos en la revelación de Dios y en la vida y
enseñanzas de sus santos un camino de verdadero humanismo no solo para superar
las deficiencias psicológicas sino también para alcanzar un verdadero y genuino
encuentro con Dios en el camino de la humanización al modo de Jesucristo. El
vino para enseñarnos a ser humanos.
LA CONTEMPLACIÓN. La actitud de María, hermana de Lázaro y
Marta (Lc 10, 39).
Teólogos
como Olegario González de Cardedal distinguen en la existen de Jesús 3 fases: su acción pública, con la etapa previa
de la vida oculta en Nazaret, - su pasión y muerte y – la gloria de su
resurrección. Fijándonos en la primera en la Iglesia se atiende a la
Evangelización, la atención a los enfermos y necesitados y la construcción de
la comunidad humana; Su pasión y muerte en la cruz nos lleva a la vida
sacramental para en los sufrimientos del mismo Jesucristo en la lucha contra el
pecado. Y, finalmente, la gloria del Resucitado, hará surgir comunidades
contemplativas, carismáticas.
La vida
de los cristianos al privilegiar alguna
de ellas ha de impregnarse de las otras dos.
La Madre
Celeste cultivó de modo especial la dimensión contemplativa como lo prueban sus
muchos escritos y su autobiografía. La consigna de san Alfoso a los suyos: “Sean cartujos en casa seis meses y
evangelizadores fuera de ella” puede
ser una reminiscencia, recuerdo, influencia de la importancia que le daba la
Madre Celeste a la contemplación en los encuentros en que compartía lo que el
Señor le inspiraba en su oración de contemplación.
La
oración mental como ejercicio de las facultades de la memoria, la inteligencia
y la voluntad siempre existió en la Congregación; mientras la oración de
petición fue propuesta y recomendación insistente para los fieles sobre todo en
las misiones, retiros y ejercicios piadosos: “Quien reza se salva y quien no ora se condena”.
La
oración de contemplación o de unión con Dios era el medio de Jesucristo para encontrar la VOLUNTAD DE DIOS.
Los evangelios nos dicen repetidamente esa regularidad de su oración. El Papa
Francisco nos dice que Jesús no era un robot del Padre, como un mando de la TV.
Él tomaba sus decisiones (Lc. 10, 51). Y precisamente en la oración era donde
en el santuario de su conciencia teniendo en cuenta las circunstancias hallaba
la conjunción de la voluntad del Padre con la suya de ser humano.
Eso es lo que hizo María, cuando “lo observa
todo y lo meditaba en su corazón” para hallar la Voluntad de Dios. Esa
búsqueda del querer de Dios lo interpreta en la decisión del Papa Benedicto XVI en la renuncia al servicio del Papado.
Y eso
mismo nos recomienda el Papa Francisco que seamos hombres y mujeres de oración
para encontrar en ella en el santuario de la conciencia el querer de Dios. El
Papa se hace eco del mismo Jesucristo en los Sinópticos cuando nos dicen que
hemos de “leer los signos de los tiempos”, las señales, las llamadas de Dios en
los acontecimientos y las personas. Igual cosa dice san Pablo, “para discernir lo que es bueno, lo
perfecto, lo que agrada a Dios” en su carta a los Rm 12, 1-3
2.- Conocimiento de Jc. en el
Evangelio.
Supuesta revelación de la V. María a una
devota.
Olvidar,
dejar a un lado el Evangelio y la Escritura tuvo sus malos efectos en la vida
de la Iglesia, aún con lecturas buenas y piadosas, incluso puestas en boca de la
Virgen María. María de Nazaret, la Madre de Jesús, aún en estas supuestas
revelaciones es diferente a la presentación tan sencilla, tan real, tan cercana
a Jesucristo en los Evangelio
Efectos de alimentar nuestra vida
cristiana en fuentes ajenas al evangelio: una débil e insuficiente
espiritualidad, un imaginario de Dios muy utilitarista y poco vivencial como
para dar ocasión aquel dicho de Carlos Marx, que tomó de su amigo Bruno Bauer:
La religión es el opio del pueblo.
Así el pueblo cristiano tiene y, nosotros
incluso tenemos, un muy pobre imaginario de Dios y de Jesucristo, casi no más
allá de santos de devoción. Alguien decía que imaginamos a Dios y acudimos a él
como a un pariente rico generoso que nos lo da todo, y no ciertamente su
Espíritu, de gratis. Devociones de sentido utilitarista y poco, casi nada, de
humanización y transformación en Cristo.
Frederic
Nietzsche escribió de las “virtudes del rebaño”, pasividad, conformismo,
insensibilidad social, debilidad de espíritu.
Tuvo que
venir el Espíritu Santo en el Pentecostés del Concilio. Vaticano II para
recordarnos el Evangelio como alimento
natural y ordinario del cristiano. Tardamos muchos años para hacer del
evangelio la sustancia de la predicación. Sin embargo en la pastoral
sacramental, en la catequesis, en la orientación de los grupos y movimientos tiene poco que ver. “Ignorar el Evangelio es ignorar a Dios y a su Hijo Jesucristo.
Dice la Madre Celeste:
“Instituto
y Reglas del SS. Redentor contenidas en los santos Evangelios”. “Vuestra vida
estará regulada por las verdades enseñadas por él (Jesucristo) en los santos
evangelios”…”deben estudiar día y noche el libro, escrito por el anverso y el
reverso (Ap 5,1), de la vida de nuestro Señor Jesucristo y esforzarse por
copiarlo con perfección en su propia vida”.
- Cuatro de sus libros son
comentarios de los evangelios de Mateo, Lucas y Juan.
- Notemos
que, por lo menos desde el Concilio de Trento, 1540, hasta los años 1950, se
desaconsejaba la lectura de la Biblia,
por temor a interpretarla erróneamente. Durante toda época de ayuno del Evangelio, los
directores espirituales recomendaban los libros de Saint Jure, Rodríguez, san
Francisco de Sales, y vidas de santos (Mons. Falcoia). Y san Alfonso
recomendaba a una religiosa que quería leer los evangelios en una edición no
autorizada, esos mismos libros. La Madre Crostarrosa, por su parte, supo ver la
riqueza de la Palabra de Dios, sobre todo de los evangelios, y se esforzó por
hacerla leer y explicar a sus religiosas.
La
lectura y la reflexión de la Palabra de Dios es la manera de conocer al Padre
Dios, tener su mejor y más perfecto imaginario: “Quien me ve a mí, ve al Padre”, dijo Jesucristo.
3.- La humanidad de Jc.
A Jesucristo en la Iglesia Católica, no digamos nada de los
hermanos separados, ya desde los primeros siglos como reacción a los arrianos y
a los monofisitas que sólo admitían la humanidad de Jesús, se subrayó
acérrimamente su divinidad. La teología, la cristología, se redujeron casi únicamente a la apologética o defensa de
Jesucristo como verdadero Dios. Los milagros eran pruebas de su divinidad. Y en
la predicación se lo presentó como señor rico y poderoso que todo lo da con tal
de que se le pida según las detalladas reglas. Y nuestra gente piadosa se le
consideró, y aún ahora se lo tiene como un santo de devoción al lado de san
Judas, san Antonio o santa Lucía... Si
nosotros mismos no crecemos en el conocimiento de Jesucristo como verdadero ser
humano y no nos esforzamos por ayudar a los fieles a familiarizarse con la
imagen que de él nos da el Evangelio, nos exponemos a que nuestros templos sean
seminarios de los futuros o próximos ateos, no ciertamente mansos sino
prácticos (P. Florestán y P. P.P.Z.A.)
¿En qué podemos imitar a
ese Jesucristo divino, idealizado, como el Niño del 20 de Julio? ¿Cómo decirle a un niño que imite, que siga a
Jesucristo? Comenzando por el vestido, por el color y la moda. Sólo es para
pedirle…
Y se olvidó que Jesucristo,
como verdadero ser humano es el camino humano para los humanos acercarse entre
sí y llegar al Padre.
Tuve
que buscarlas expresamente. A nadie le interesan.
En la vivencia y enseñanza de sor Celeste el
centro es Jesucristo, el Hijo, el Verbo, hecho ser humano. “La humanidad de Cristo es siempre la puerta
para entrar en Dios”. “¿Dónde están los que se atreven a decir que el alma debe
prescindir de esta sagrada humanidad y olvidarla e ignorarla, siendo así que
todo el bien lo ha recibido del Dios hecho hombre?.
Si la
humanidad de Cristo fue el camino de Dios a nosotros, también esa misma
humanidad es el camino de nosotros a Dios.
Santa Teresa de Jesús, no deja de confesar su fe y amor a Jesucristo
en su humanidad: “Y veo yo claro, y he
visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes,
quiere sea por manos de esta Humanidad Sacratísima, en quien dijo Su Majestad
se deleita” Muy muy muchas veces lo he visto por experiencia. Hámelo dicho el
Señor; he visto claro que por esta puerta hemos de entrar si queremos nos
muestre la soberana Majestad grandes secretos”.
En los Evangelios se presenta a Jesucristo como verdadero ser
humano como nosotros y como tal, camino de verdadera vida y vida abundante para
nosotros, como seres humanos también. Al subrayarse en demasía su divinidad en
la práctica cristiana, dejó de ser alguien a quien seguir para ser alguien a
quien pedir. Un dispensador de favores.
Quizá las predicaciones están influidas por el aire de renovación,
compromiso y seguimiento de Jesucristo, tal como lo enfatizan los Pontífices;
sin embargo, la devoción de una gran
mayoría de cristianos persiste en una actitud de búsqueda individual de favores
y éstos sobre todo de tipo material. “Ante
Jesucristo hemos de pasar de mendigos a discípulos” (Papa Francisco) ¿Cómo lograr un re-direccionamiento de
esta actitud utilitarista ante Jesucristo? ¿Cómo lograr acoger la persona de
Jesucristo, verdadero ser humano, como camino de vida?
4.- MEMORIA VIVA DE JESUCRISTO.
“Para que mis criaturas se acuerden de la eterna caridad con que
las he amado, he querido escoger este Instituto para que sea una memoria viva
para todos los seres humanos del mundo de todo cuanto mi Hijo Unigénito quiso
obrar por su salvación durante los 33 años que vivió en el mundo como hombre
viador. Sus obras tienen vida en mi presencia son de precio infinito”(Madre
Celeste)
Esta concepción de la
comunidad religiosa como reflejo y signo de la comunidad de Dios trino y uno y
de Jesucristo y los suyos, fueron en el siglo 18º, excesivamente jurídico, toda
una innovación, mientras que a partir del Concilio Vaticano II la teología de
la vida religiosa privilegia, profundiza y estimula vivamente. Es un re-descubrimiento de la enseñanza del
mismo Jesucristo.
Jn. 15, 1-8. 1Cor
12, 12-13. 1P 2, 4-10. “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos. Estos que
oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica” Mt 12, 46-50
Y nótese que esto aún
es novedoso incluso para nosotros mismos, puesto que lo hemos referido casi
exclusivamente a la imitación y seguimiento individual de Jesucristo. Es a lo
que se refiere el mismo san Pablo: “Vivo
yo, mas no yo es Cristo quien vive en mí”(Ga 2,20).
Sor Celeste se fija en
que la Comunidad Redentorista ha de ser la “memoria viva” de Cristo, aún en su constitución física: 13
presbíteros y 7 hermanos y el hábito o vestidura religiosa la misma de Jesucristo. Con mucho sentido común, san Alfonso no tuvo
en cuenta estos detalles, teniendo en cuenta la no disponibilidad de tantos
religiosos y la sencillez de los evangelizadores.
Por otra parte, la
Madre Celeste subraya la actitud de signo de acogida y amor de parte de la
comunidad, reflejo del amor del Padre a la humanidad. San Alfonso, por su
parte, insistirá en que las comunidades
redentoristas han de estar cerca de las poblaciones rurales para ofrecerles el
anuncio del evangelio. Las dos actitudes se complementan.
Uno de los Estatutos
de nuestra provincia declaraba que “Cada
comunidad local es el mejor anuncio de la salvación del Señor”, sin
referencia a los orígenes de la Congregación, concretamente, en relación con
san Alfonso y la Madre Celeste. En
las nuevas redacciones no aparece tan definida esa declaración.
Naturalmente que las expresiones
son dignas de consideración y lo importante es el aporte a la vivencia de
nuestro carisma de seguimiento de Cristo ya no sólo de modo individual sino como comunidad de acogida
(Sor Celeste) y de Evangelización (san Alfonso) . Si lo tuviéramos, si lo tenemos en cuenta, tendremos
como nos recomienda un documento de la Iglesia Latinoamericana “Comunidades
cristianas abiertas, acogedoras, humanizadoras”…, capaces de contagiar
fraternidad a nuestro mundo, tan cruzado de individualismo.
1.2. Comunidades eclesiales vivas
y dinámicas «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn
17, 21). Esta es la oración de Jesucristo por su Iglesia. Para ella ha pedido
que viva la unidad, según el modelo de la unidad trinitaria (cf. GS 24). Así
procuraron vivir los primeros cristianos en Jerusalén.
La proclamación de la Madre
Celeste Crostarrosa como Beata sea la ocasión para rescatar en nuestra
espiritualidad y pastoral misionera redentorista los aportes valiosos,
extraídos de la entraña del Evangelio, y que desde un principio ella ofreció a
la Iglesia y a la Congregación.
Nombre de bautismo:
Julia Marcela Crostarrosa. Nombre de
Vida Religiosa: María Celeste. Fecha
y lugar de nacimiento: Nápoles (Italia), 31 de octubre de 1696. Padres: José Crostarosa y Paula
Baista Caldari. Fundación O.Ss.R.: Scala (Italia), 13 de mayo de 1731 Fecha de muerte: Foggia (Italia), 14 de
septiembre de 1755 Obras: “Instituto
y Reglas del Santísimo Salvador”, “Autobiografía, “Meditaciones de Adviento y
Navidad” , “Los grados de la oración”, “Diálogos del alma”, “Ejercicio de amor
para la Cuaresma”, “Ejercicio de Amor de Dios para todos los días del año” y
“Jardín interior del Divino Amor”.
Beatificación: Foggia (Italia), 18 de junio de 2016