La libertad en el ser humano, sólo se da si Dios no interviene en nada. Deja que el hombre sea libremente. Sin dejar de ser el fundamento profundo del ser humano y del universo. De otro modo el ser humano no sería libres ni responsable.
Jesús, maestro de vida, ofrece en el evangelio, en la parábola de los talentos una imagen apropiada de Dios en su relación con el mundo y con el hombre: de un Dios que, luego de confiar la administración de su haciendo a sus sirvientes, “parte a un país lejano”, es decir, se ausenta de este mundo. Así es como Dios deja que el hombre sea. es decir libre, poniendo en práctica su libertad, el don que Dios mismo le dio al crearlo.
La llamada “ausencia de Dios” es, por tanto, la manera de imaginar que Dios no se hace presente como el gran director del teatro de títeres del universo. Dios no dirige e interviene directamente en nada de lo que ocurre en este mundo.
Lo que sucede en este mundo sigue las leyes dadas por el Creador (mejor será decir hoy día con la ciencia), sigue el dinamismo puesto por Dios en las entrañas de la misma materia.
Lo que sucede en el mundo social, en la historia humana, sigue o responde a las decisiones humanas (21)