Comentarios sobre cuestiones que nos inquietan a los seres humanos comunes y corrientes. Expresar ideas y sentimientos es terapia y es ayuda al encuentro de soluciones y a la construcción de una sociedad más humana.
martes, 29 de diciembre de 2015
MIGUEL ANGEL PEDRAZA. VENEZUELA.BARQUISIMETO
Padre Pablo : gracias por sus reflexiones y enseñanzas que invitan a pensar e interiorizar. Lástima que no siga deleitándonos y al mismo tiempo cuestionándonos ; nos hace falta.Feliz Año Nuevo y que Dios Niño siga conduciéndolo de la mano. Miguel Angel.
DE ERLY CASTIBLANCO.BOGOTÁ
Muy lindo mensaje navideño. Haré mi mejor esfuerzo por ponerlo en practica.
Igualmente mis mejores deseos por su bienestar. Un abrazo fuerte.
sábado, 26 de diciembre de 2015
LA FAMILIA DE JESUS. ¿y la nuestra?
Diciembre
27. Lc 2, 41-52. José Pablo Patiño C.
Los entendidos dicen que los primeros años del niño son
fundamentales. Son el capital de vida en el adulto. Los traumas lo mismo que las
actitudes de jóvenes y adolescentes tienen sus raíces en las condiciones y
experiencias del hogar, en las disposiciones y relaciones del padre y de la
madre.
Lo aprendido en la infancia no se pierde, se conserva y da su
fruto, para bien o para mal. En algún curso de humanización se pedía a los
participantes hacer una corta investigación-verificación de su propio caso. Una
sencilla dinámica para conocerse mejor e, incluso, para sanar heridas aún
abiertas.
Si esto es así en todos, en nosotros, también lo fue en Jesús,
puesto que fue un ser humano en todo. Su cuidado y aprecio por la naturaleza,
su cercanía a los pobres y enfermos de espíritu y de cuerpo, su actitud de
servicio y de generosidad en todo momento, su disposición al diálogo y al
entendimiento con todos, su acogida a los necesitados y sencillos, su asidua
comunicación con Dios, su Padre: Mucho de todo eso le venía de lejos, de su
hogar de Nazaret, de su ambiente familiar.
sábado, 19 de diciembre de 2015
CRISTOFOROS COMO MARÍA. NAVIDAD
MARÍA, NUEVA ARCA DE LA ALIANZA.20
diciembre. Dom. IV Adviento. Lc 1, 39-45. José Pablo Patiño C.
El relato de la
visita de María a su pariente Isabel, en el Evangelio de este domingo, recuerda
el traslado del Arca de la Alianza a Jerusalén. El hecho se narra en el segundo
libro de Samuel, 6. Tres meses estuvo el Arca en la casa de Obededón, llenando
de alegría a aquella familia. Igualmente María permaneció tres meses en la casa
de Zacarías, llevando la bendición del Espíritu de Dios, hecho ser humano, a Isabel y a su
hijo.
La presencia de Jesús, inspira a Isabel
para exaltar la fe de María. Juan, el bautizador, se mueve con gozo inquieto,
dentro del vientre de su madre. Y María manifiesta su alegría en Dios a quien
proclama como el que mira a los pobres y los llama a compartir a plenitud la
dignidad humana.
Hacia el siglo segundo de la Iglesia
cristiana un anciano obispo, Policarpo, acusado de no rendir culto al emperador,
es llevado ante el gobernador. Éste le
pregunta: -¿Eres cristiano? – Sí. - ¿Y eso qué significa? – ¡Que soy
cristóforo, portador de Cristo! Llevo en mi vida y en mis obras a Jesucristo. Nos haría bien darnos cuenta de que ser
cristianos es llevar a Jesucristo, como María y Policarpo, para anunciarlo en
nuestras actitudes y en nuestras acciones y palabras.
miércoles, 16 de diciembre de 2015
HASTA LOS DE LA DIAN...
HASTA LOS DE LA DIAN…
13 diciembre. Dom. III Adv. C. Lc 3, 10-18. José Pablo Patiño C.
Preparar la Navidad.
Todos andamos metidos en el cuento. Seducidos por la propaganda y el afán de comprar,
pensamos que ya sabemos cómo disponer la fiesta: decorar la casa de adornos,
conseguir el arbolito y las bombas y los regalos, hacer la lista de invitados,
y, si queda tiempo, disponer las figuritas del pesebre. ¡Todo un camello!
No se nos ocurre que alguien nos pueda sugerir nada. Más allá de
la parafernalia de lo que el nerviosismo del mercado nos mete por ojos y
narices. Algo nos impide poner atención a lo importante.
Pues Juan, el llamado
Bautista, es el asesor indicado por Dios para recibir al Señor de la Navidad. Lo
primero que nos señala el buen Juan es la honradez en el ejercicio de la
profesión. Hasta los de la DIAN de ese tiempo, los recaudadores de impuestos, y los soldados romanos fueron a pedirle
consejo a Juan. Porque él les decía que había que convertirse, cambiar las
actitudes no justas ante Dios y ante los
prójimos. El necesario sentido social del ser cristiano.
Haremos bien si le preguntamos a Juan, y mejor a nuestra
conciencia, en qué tenemos que cambiar, en el desempeño del oficio, en la
familia y en la sociedad para celebrar Navidad.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
"...TIRAR LA COMIDA ES INJURIA AL CREADOR,---"
Quizá pensamos que el problema actual de Europa es la seguridad
mientras que el nuestro, el de nuestra América Latina, es la desigualdad social
y económica. Sin embargo, las dos formas de inequidad están tan
interrelacionadas que, dentro de una perspectiva global y mundial, la solución es
de conjunto o no habrá solución.
Ante una economía que genera gente a quien le sobra y tira y
otra población a quien le falta todo y tiene hambre, bueno es preguntarnos con Pepe
Mojica, el inspirado e inspirador expresidente de Uruguay: ¿Qué buscamos con la
obsesión del desarrollo, el del mundo y los pueblos, y el de cada uno de
nosotros? Lo cierto es que, por fuerza de la propaganda comercial y su par la
sed del consumo, casi todos estamos
pendientes de la moda, del que dirán, de cuántos “me gusta” sumamos en la red,
de lo que dice la tv., de tener el aparatito recién salido al mercado. ¡Que oso
ser diferente! No queremos estar por detrás del vecino o del familiar. Así empeñamos
nuestra libertad a la tecnología con sus muchos demonios.
¿Las consecuencias? Que - estamos
a punto de agotar los recursos de la tierra (ya se está buscando otro planeta,
Marte o Saturno, para exprimirlo también!);
- profundizamos cada día más las diferencias entre los que
nos podemos dar el lujo de hartarnos de todo y los que apenas comen una vez al
día o, simplemente, mueren de desnutrición; - tenemos que tener dos o tres empleos para pagar las compras a crédito;
-nos apropiarnos de lo ajeno o metemos la mano y el alma en la corrupción u otros negocios turbios; o “cobramos más o por fuera de lo establecido” como los funcionarios de impuestos del tiempo de Juan Bautista…
¿Qué hacer entonces? Ambos, Francisco y Pepe, nos recomiendan esforzarnos por una vida digna humana, sobria y suficiente, en el trabajo inteligente, en contacto con la naturaleza y en armonía con los demás seres humanos. Expertos, periodistas y administradores nos bombardean a diario con la necesidad de ahorrar agua y energía eléctrica. Ojalá ellos también lo hagan. Nuestros abuelos nos decían que no comer lo que nos servían en el plato era pecado habiendo tantos pobres y necesitados. Tirar la comida es insulto a quien no la tiene y al Creador.
Algunos expertos en números dicen que con los alimentos que echamos a la basura en nuestros
países se podría dar de comer a las poblaciones que sufren de hambre en Asía y
en África. Pudiéramos pensarlo cuando le decimos a Dios en la oración enseñada
por Jesús a sus discípulos: “Danos cada
día el pan que necesitamos” (es decir, el suficiente, ¿para qué más?) (Lc
11, 3) (Biblia de la Iglesia en América. 2015).
Con un saludo de despedida a los involuntarios lectores,
informo que a partir del próximo año no les molestaré más con el envío del escrito
mensual. Les quedo agradecido por su perseverante
paciencia en recibir y descargar el artículo. Me limitaré cada fin de semana a un
breve mensaje del evangelio como ya desde hace ya unos meses aparece en Facebook,
en el espacio a mi nombre José Pablo
Patiño Castillo. Gracias, paz y bien en la celebración de la Natividad del
Señor y en el inicio del nuevo año, 2016.
El
proyecto estuvo dirigido por el profesor Jean Decety, un neurocientífico de la
Universidad de Chicago, quien originalmente no tenía como objetivo comparar el
comportamiento moral. "Yo estaba más interesado en saber si iba a
encontrar diferencias en la empatía o compartir, en función de la
cultura", relató a Forbes.
EL
GOZO DEL EVANGELIO PARA UN MUNDO MAS HUMANO. “…tirar comida cuando hay gente con hambre…”. Papa Francisco. Diciembre 2015. José Pablo Patiño C.
La masacre de más de cien personas el trece
(¿Qué tendrá de malo ese número?) del pasado mes de noviembre en París nos
impactó a todos. Naturalmente: ¡Eran muertos del mejor barrio del mundo! La
violencia armada ya no es sólo ocurrencia de los países del tercer mundo. La
bella era del bienestar social de la UE acaba de pasar al archivo de la
historia. Con la decisión de eliminar al EI, por parte del presidente galo y
sus aliados, Occidente le apuesta a la guerra. De ésta se sabe el comienzo, su
camino y su final no.
No hay duda que la violencia de
las armas y de la economía injusta es hoy
lo que hace más daño a la humanidad. De
una y otra nos habla el Papa Francisco en su carta-programa, “El Gozo del
Evangelio”. De la segunda, la que genera la ambición de dinero y de acaparar bienes,
nos habla en el no.53:
“Así como el
mandamiento de “no matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la
vida humana, hoy tenemos que decir “no a una economía de la exclusión y la
inequidad”. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de
frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos
en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando
hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de
la competitividad y de la ley del más
fuerte, donde el poderoso se come al débil. Como consecuencia de esa situación,
grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin
horizontes, sin salidas. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de
consumo que se puede usar y luego tirar”.
Quizá pensamos que el problema actual de Europa es la seguridad
mientras que el nuestro, el de nuestra América Latina, es la desigualdad social
y económica. Sin embargo, las dos formas de inequidad están tan
interrelacionadas que, dentro de una perspectiva global y mundial, la solución es
de conjunto o no habrá solución.
Ante una economía que genera gente a quien le sobra y tira y
otra población a quien le falta todo y tiene hambre, bueno es preguntarnos con Pepe
Mojica, el inspirado e inspirador expresidente de Uruguay: ¿Qué buscamos con la
obsesión del desarrollo, el del mundo y los pueblos, y el de cada uno de
nosotros? Lo cierto es que, por fuerza de la propaganda comercial y su par la
sed del consumo, casi todos estamos
pendientes de la moda, del que dirán, de cuántos “me gusta” sumamos en la red,
de lo que dice la tv., de tener el aparatito recién salido al mercado. ¡Que oso
ser diferente! No queremos estar por detrás del vecino o del familiar. Así empeñamos
nuestra libertad a la tecnología con sus muchos demonios.
¿Las consecuencias? Que - estamos
a punto de agotar los recursos de la tierra (ya se está buscando otro planeta,
Marte o Saturno, para exprimirlo también!);
- profundizamos cada día más las diferencias entre los que
nos podemos dar el lujo de hartarnos de todo y los que apenas comen una vez al
día o, simplemente, mueren de desnutrición;
- tenemos que tener dos o tres empleos para pagar las
compras a crédito;
-nos apropiarnos de
lo ajeno o metemos la mano y el alma en la corrupción u otros negocios turbios;
– o “cobramos más o por fuera de lo
establecido” como los funcionarios de impuestos del tiempo de Juan Bautista…
¿Qué hacer entonces? Ambos, Francisco y Pepe, nos
recomiendan esforzarnos por una vida digna humana, sobria y suficiente, en el
trabajo inteligente, en contacto con la naturaleza y en armonía con los demás
seres humanos. Expertos, periodistas y administradores nos bombardean a diario
con la necesidad de ahorrar agua y energía eléctrica. Ojalá ellos también lo
hagan. Nuestros abuelos nos decían que
no comer lo que nos servían en el plato era pecado habiendo tantos pobres y
necesitados. Tirar la comida es insulto a quien no la tiene y al Creador.
Algunos expertos en números dicen que con los alimentos que echamos a la basura en nuestros
países se podría dar de comer a las poblaciones que sufren de hambre en Asía y
en África. Pudiéramos pensarlo cuando le decimos a Dios en la oración enseñada
por Jesús a sus discípulos: “Danos cada
día el pan que necesitamos” (es decir, el suficiente, ¿para qué más?) (Lc
11, 3) (Biblia de la Iglesia en América. 2015).
Con un saludo de despedida a los involuntarios lectores,
informo que a partir del próximo año no les molestaré más con el envío del escrito
mensual. Les quedo agradecido por su perseverante
paciencia en recibir y descargar el artículo. Me limitaré cada fin de semana a un
breve mensaje del evangelio como ya desde hace ya unos meses aparece en Facebook,
en el espacio a mi nombre José Pablo
Patiño Castillo. Gracias, paz y bien en la celebración de la Natividad del
Señor y en el inicio del nuevo año, 2016.
AMPARO PATIÑO. BUCARAMANGA.
Muy buena tarde Padre.
Es un gusto leer sus escritos, siempre tan instructivos , formativos y que cuestionan nuestra actitud ante los que sufren las consecuencias de una sociedad, que excluye y divide, Aunque no siempre le respondo, si los leo y analizo. Es un pesar no tenerlos más, pero también es bueno innovar la evangelización.
martes, 8 de diciembre de 2015
LA VIDA DESDE EL EVANGELIO
¿NAVIDAD
en la DESIGUALDAD? 6
de diciembre. Dom. II Adv. Lc 3, 1-6 José Pablo
Patiño C
Francisco, el Papa, al volver de su visita al África, declaró estar abrumado porque en ese
continente “conviven riqueza y miseria:
¡esto es un escándalo! No solamente en el África: también aquí, en todas
partes. La convivencia entre riqueza y miseria es un escándalo, es una
vergüenza para la humanidad”.
¡La desigualdad en el mundo y en nuestro país! Junto con Brasil
y Nicaragua, Colombia es de los países de mayor injusticia social en A.L. Unos
pocos de grandísimos ingresos y muchos
que apenas tienen para comer una vez al día e, incluso, están al borde
de la muerte por desnutrición.
Y, sin embargo, en
nuestros países casi todos somos cristianos. Quizá pensamos que celebrar la
Navidad es tener en casa el árbol, incluso el pesebre con José, María y el Niño
Jesús, (o el viejo Noel!), cantar villancicos y dar y recibir regalos.
No está mal todo eso. Es la tradición. Lo hicieron nuestros
padres y abuelos. Pero construimos nuestro ser cristiano sobre arena si no “allanamos los caminos y hacemos derecho lo
tortuoso”, tratamos de eliminar las desigualdades entre los seres humanos y
acogemos en serio el mandato principal de Jesús: que “nos amemos y nos hagamos bien unos a otros como él nos amó e hizo bien,
pues en eso nos reconocerán como
discípulos suyos”.
La celebración de la Navidad ha de recordarnos la necesaria
coherencia con nuestra fe. Hacer la Navidad y seguir siendo injustos,
insensibles a los demás, sobre todo con los más vulnerables, es hacer insulto
al mismo Dios y a su Hijo Jesucristo, a quien pretendemos adorar y querer.
sábado, 5 de diciembre de 2015
DIANA PRATO. CUCUTA.
Gracias p. José Pablo por tan excelente trabajo.
Cuando oro doy gracias a Dios por lo que me d diariamente, por las cosas también y le digo me de lo necesario y un poco más para compartir.
En realidad el exceso no trae nada bueno, si es comida no engordamos y conlleva a enfermedad, si son cosas ya no valoramos nada y conseguimos lo que nos daña: carro para hijos que terminan contra un posta o árbol en el mejor de los casos, vicios (alcohol, droga, etc) , toda la tecnología que deteriora nuestra energía natural y normal. Como consecuencia todo afecta la vida.
Ahora si no tenemos lo necesario pues como dice el salmista, no vaya a ser que te ofenda... Lo que sí se es que Dios es bueno todo el tiempo...
Bendiciones. Seguimos en contacto.
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