miércoles, 15 de junio de 2016

BTA. MA.CELESTE: APORTES CARISMA REDENTORISTA.

BEATA CELESTE CROSTARROSA, APORTES A LA CONGREGACION REDENTORISTA. Junio 2016. José Pablo Patiño C. Misionero Redentorista.
-          LA MUJER fue tenida en aprecio por Jc. y por san Pablo; y la MADRE CELESTE  por san Alfonso, su confesor y director. San Gerardo fue  confidente y consejero; los primeros redentoristas hablaban de ella y de sus religiosas como de  “de nuestro mismo Instituto”.
-          Sin embargo, con el correr de la historia  la mujer, en general, fue relegada en la Iglesia, y en el instituto alfonsiano, también  se ignoró a la Madre Celeste Crostarrosa.  La relegación de la mujer en la Iglesia quizá acaeció por la herencia patriarcal de Israel y del Oriente. Es posible que en ello influyera la actitud negativa de san Agustín, debido  a su aversión por lo sexual, luego de su conversión. Pero dejemos esta cuestión en manos de los historiadores.
-          En cuanto a la Madre Celeste, influyó, además de las mismas motivaciones que en la Iglesia respecto de la mujer, el querer eliminar, aún en san Alfonso, la idea de que ella había sido el origen del Instituto. Varios de los compañeros de san Alfonso, que no querían perderlo, le decía que estaba dejándose confundir por las visiones de una monja ilusa. Se consideraría además poco masculino depender de los escritos y visiones de una mujer y monja. Si alguno tiene interés puede entrevistar al respecto al P. Córdoba, especialista  Historiador.
-          ¿Qué ha perdido la Iglesia por su escasa atención a la mujer? ¿Qué ha perdido la Congregación por el anonimato al que ha reducido a la Madre Ma. Celeste durante tanto tiempo? Sería de interés analizar los efectos de esta doble realidad.
-          Nos alegramos porque el Papa Francisco ha  propuesto (18 de junio) en la Iglesia  a la Madre Celeste Crostarrosa como digna de imitación y veneración en la condición de Beata.  Por mi parte, como memoria de gratitud  intento ahora llamar la atención sobre cuatro aspectos de la Madre Celeste que pueden enriquecer la vivencia de nuestro carisma redentorista. Sigo en esta exposición al P. Emilio Lage, devoto y sabio admirador de la Madre Celeste.

-          APORTES DE LA MADRE CELESTE CROSTARROSA A LA VIDA RELIGIOSA Y AL CARISMA REDENTORISTA.

1.- La Dimensión contemplativa y mística.
2.- Conocimiento de Jc. en el Evangelio.
3.- La humanidad de Jc.
4.- Memoria viva de Jesucristo.
1.- La Dimensión contemplativa y mística.
mandalas-2
El Mandala y acuario: terapias del stress.
 -Necesidad de unificación en medio de la dispersión en el mundo de hoy. No comprensión de lectura (OCEDE). Falta de concentración. Abundan las ofertas de superación y de curación de ansiedades; la mente en blanco, los mantras, los Mandalas y otras terapias de la tensión y el stress. 
Como cristianos y religiosos tenemos en la revelación de Dios y en la vida y enseñanzas de sus santos un camino de verdadero humanismo no solo para superar las deficiencias psicológicas sino también para alcanzar un verdadero y genuino encuentro con Dios en el camino de la humanización al modo de Jesucristo. El vino para enseñarnos a ser humanos.

LA CONTEMPLACIÓN.   La actitud de María, hermana de Lázaro y Marta (Lc 10, 39).
Teólogos como Olegario González de Cardedal distinguen en la existen de Jesús 3 fases: su acción pública, con la etapa previa de la vida oculta en Nazaret,  - su pasión y muerte y – la gloria de su resurrección. Fijándonos en la primera en la Iglesia se atiende a la Evangelización, la atención a los enfermos y necesitados y la construcción de la comunidad humana; Su pasión y muerte en la cruz nos lleva a la vida sacramental para en los sufrimientos del mismo Jesucristo en la lucha contra el pecado. Y, finalmente, la gloria del Resucitado, hará surgir comunidades contemplativas, carismáticas.  
La vida de los cristianos al privilegiar  alguna de ellas ha de impregnarse de las otras dos.
La Madre Celeste cultivó de modo especial la dimensión contemplativa como lo prueban sus muchos escritos y su autobiografía. La consigna de san Alfoso a los suyos: “Sean cartujos en casa seis meses y evangelizadores fuera de ella”  puede ser una reminiscencia, recuerdo, influencia de la importancia que le daba la Madre Celeste a la contemplación en los encuentros en que compartía lo que el Señor le inspiraba en su oración de contemplación.
La oración mental como ejercicio de las facultades de la memoria, la inteligencia y la voluntad siempre existió en la Congregación; mientras la oración de petición fue propuesta y recomendación insistente para los fieles sobre todo en las misiones, retiros y ejercicios piadosos: “Quien reza se salva y quien no ora se condena”.

La oración de contemplación o de unión con Dios era el medio de Jesucristo para encontrar la VOLUNTAD DE DIOS. Los evangelios nos dicen repetidamente esa regularidad de su oración. El Papa Francisco nos dice que Jesús no era un robot del Padre, como un mando de la TV. Él tomaba sus decisiones (Lc. 10, 51). Y precisamente en la oración era donde en el santuario de su conciencia teniendo en cuenta las circunstancias hallaba la conjunción de la voluntad del Padre con la suya de ser humano. 
Eso es lo que hizo María, cuando “lo observa todo y lo meditaba en su corazón” para hallar la Voluntad de Dios. Esa búsqueda del querer de Dios lo interpreta en la decisión del Papa Benedicto XVI en la renuncia al servicio del Papado.
Y eso mismo nos recomienda el Papa Francisco que seamos hombres y mujeres de oración para encontrar en ella en el santuario de la conciencia el querer de Dios. El Papa se hace eco del mismo Jesucristo en los Sinópticos cuando nos dicen que hemos de “leer los signos de los tiempos”, las señales, las llamadas de Dios en los acontecimientos y las personas. Igual cosa dice san Pablo, “para discernir lo que es bueno, lo perfecto, lo que agrada a Dios” en su carta a los Rm 12, 1-3

2.- Conocimiento de Jc. en el Evangelio.

  Supuesta revelación de la V. María a una devota.
Olvidar, dejar a un lado el Evangelio y la Escritura tuvo sus malos efectos en la vida de la Iglesia, aún con lecturas buenas y piadosas, incluso puestas en boca de la Virgen María. María de Nazaret, la Madre de Jesús, aún en estas supuestas revelaciones es diferente a la presentación tan sencilla, tan real, tan cercana a Jesucristo en los Evangelio
Efectos de alimentar nuestra vida cristiana en fuentes ajenas al evangelio: una débil e insuficiente espiritualidad, un imaginario de Dios muy utilitarista y poco vivencial como para dar ocasión aquel dicho de Carlos Marx, que tomó de su amigo Bruno Bauer: La religión es el opio del pueblo.
 Así el pueblo cristiano tiene y, nosotros incluso tenemos, un muy pobre imaginario de Dios y de Jesucristo, casi no más allá de santos de devoción. Alguien decía que imaginamos a Dios y acudimos a él como a un pariente rico generoso que nos lo da todo, y no ciertamente su Espíritu, de gratis. Devociones de sentido utilitarista y poco, casi nada, de humanización y transformación en Cristo.
Frederic Nietzsche escribió de las “virtudes del rebaño”, pasividad, conformismo, insensibilidad social, debilidad de espíritu.
Tuvo que venir el Espíritu Santo en el Pentecostés del Concilio. Vaticano II para recordarnos el  Evangelio como alimento natural y ordinario del cristiano. Tardamos muchos años para hacer del evangelio la sustancia de la predicación. Sin embargo en la pastoral sacramental, en la catequesis, en la orientación de los grupos y movimientos  tiene poco que ver. “Ignorar el Evangelio es ignorar a Dios y a su Hijo Jesucristo.

Dice la Madre Celeste:
 “Instituto y Reglas del SS. Redentor contenidas en los santos Evangelios”. “Vuestra vida estará regulada por las verdades enseñadas por él (Jesucristo) en los santos evangelios”…”deben estudiar día y noche el libro, escrito por el anverso y el reverso (Ap 5,1), de la vida de nuestro Señor Jesucristo y esforzarse por copiarlo con perfección en su propia vida”.     
- Cuatro de sus libros son comentarios de los evangelios de Mateo, Lucas y Juan.
- Notemos que, por lo menos desde el Concilio de Trento, 1540, hasta los años 1950, se desaconsejaba la lectura de  la Biblia, por temor a interpretarla erróneamente.  Durante toda época de ayuno del Evangelio, los directores espirituales recomendaban los libros de Saint Jure, Rodríguez, san Francisco de Sales, y vidas de santos (Mons. Falcoia). Y san Alfonso recomendaba a una religiosa que quería leer los evangelios en una edición no autorizada, esos mismos libros. La Madre Crostarrosa, por su parte, supo ver la riqueza de la Palabra de Dios, sobre todo de los evangelios, y se esforzó por hacerla leer y explicar a sus religiosas.
La lectura y la reflexión de la Palabra de Dios es la manera de conocer al Padre Dios, tener su mejor y más perfecto imaginario: “Quien me ve a mí, ve al Padre”, dijo Jesucristo.

3.- La humanidad de Jc.
  
A Jesucristo en la Iglesia Católica, no digamos nada de los hermanos separados, ya desde los primeros siglos como reacción a los arrianos y a los monofisitas que sólo admitían la humanidad de Jesús, se subrayó acérrimamente su divinidad. La teología, la cristología, se redujeron  casi únicamente a la apologética o defensa de Jesucristo como verdadero Dios. Los milagros eran pruebas de su divinidad. Y en la predicación se lo presentó como señor rico y poderoso que todo lo da con tal de que se le pida según las detalladas reglas. Y nuestra gente piadosa se le consideró, y aún ahora se lo tiene como un santo de devoción al lado de san Judas, san Antonio o santa Lucía...                                                                                                               Si nosotros mismos no crecemos en el conocimiento de Jesucristo como verdadero ser humano y no nos esforzamos por ayudar a los fieles a familiarizarse con la imagen que de él nos da el Evangelio, nos exponemos a que nuestros templos sean seminarios de los futuros o próximos ateos, no ciertamente mansos sino prácticos (P. Florestán y P. P.P.Z.A.)
¿En qué podemos imitar  a ese Jesucristo divino, idealizado, como el Niño del 20 de Julio? ¿Cómo decirle a un niño que imite, que siga a Jesucristo? Comenzando por el vestido, por el color y la moda. Sólo es para pedirle…
 Y se olvidó que Jesucristo, como verdadero ser humano es el camino humano para los humanos acercarse entre sí y llegar al Padre.
    Tuve que buscarlas expresamente. A nadie le interesan.  
 En la vivencia y enseñanza de sor Celeste el centro es Jesucristo, el Hijo, el Verbo, hecho ser humano. “La humanidad de Cristo es siempre la puerta para entrar en Dios”. “¿Dónde están los que se atreven a decir que el alma debe prescindir de esta sagrada humanidad y olvidarla e ignorarla, siendo así que todo el bien lo ha recibido del Dios hecho hombre?.    
Si la humanidad de Cristo fue el camino  de Dios a nosotros, también esa misma humanidad  es el camino de nosotros a Dios.
Santa Teresa de Jesús, no deja de confesar su fe y amor a Jesucristo en su humanidad: “Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad Sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita” Muy muy muchas veces lo he visto por experiencia. Hámelo dicho el Señor; he visto claro que por esta puerta hemos de entrar si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos”.
En los Evangelios se presenta a Jesucristo como verdadero ser humano como nosotros y como tal, camino de verdadera vida y vida abundante para nosotros, como seres humanos también. Al subrayarse en demasía su divinidad en la práctica cristiana, dejó de ser alguien a quien seguir para ser alguien a quien pedir. Un dispensador de favores.  
Quizá las predicaciones están influidas por el aire de renovación, compromiso y seguimiento de Jesucristo, tal como lo enfatizan los Pontífices; sin embargo, la  devoción de una gran mayoría de cristianos persiste en una actitud de búsqueda individual de favores y éstos sobre todo de tipo material. “Ante Jesucristo hemos de pasar de mendigos a discípulos”  (Papa Francisco)                                 ¿Cómo lograr un re-direccionamiento de esta actitud utilitarista ante Jesucristo? ¿Cómo lograr acoger la persona de Jesucristo, verdadero ser humano, como camino de vida?
4.- MEMORIA VIVA DE JESUCRISTO.

“Para que mis criaturas se acuerden de la eterna caridad con que las he amado, he querido escoger este Instituto para que sea una memoria viva para todos los seres humanos del mundo de todo cuanto mi Hijo Unigénito quiso obrar por su salvación durante los 33 años que vivió en el mundo como hombre viador. Sus obras tienen vida en mi presencia son de precio infinito”(Madre Celeste)
Esta concepción de la comunidad religiosa como reflejo y signo de la comunidad de Dios trino y uno y de Jesucristo y los suyos, fueron en el siglo 18º, excesivamente jurídico, toda una innovación, mientras que a partir del Concilio Vaticano II la teología de la vida religiosa privilegia, profundiza y estimula vivamente.  Es un re-descubrimiento de la enseñanza del mismo Jesucristo.

Jn. 15, 1-8.  1Cor 12, 12-13. 1P 2, 4-10.  “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos. Estos que oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica” Mt 12, 46-50

Y nótese que esto aún es novedoso incluso para nosotros mismos, puesto que lo hemos referido casi exclusivamente a la imitación y seguimiento individual de Jesucristo. Es a lo que se refiere el mismo san Pablo: “Vivo yo, mas no yo es Cristo quien vive en mí”(Ga 2,20).
Sor Celeste se fija en que la Comunidad Redentorista ha de ser  la “memoria viva”  de Cristo, aún en su constitución física: 13 presbíteros y 7 hermanos y el hábito o vestidura religiosa la misma de Jesucristo.  Con mucho sentido común, san Alfonso no tuvo en cuenta estos detalles, teniendo en cuenta la no disponibilidad de tantos religiosos y la sencillez de los evangelizadores.
Por otra parte, la Madre Celeste subraya la actitud de signo de acogida y amor de parte de la comunidad, reflejo del amor del Padre a la humanidad. San Alfonso, por su parte,  insistirá en que las comunidades redentoristas han de estar cerca de las poblaciones rurales para ofrecerles el anuncio del evangelio. Las dos actitudes se complementan.
Uno de los Estatutos de nuestra provincia declaraba que “Cada comunidad local es el mejor anuncio de la salvación del Señor”, sin referencia a los orígenes de la Congregación, concretamente, en relación con san Alfonso y la Madre Celeste. En las nuevas redacciones no aparece tan definida esa declaración.                    
Naturalmente que las expresiones son dignas de consideración y lo importante es el aporte a la vivencia de nuestro carisma de seguimiento de Cristo ya no sólo de modo  individual sino como comunidad de acogida (Sor Celeste) y de Evangelización (san Alfonso) .  Si lo tuviéramos, si lo tenemos en cuenta, tendremos como nos recomienda un documento de la Iglesia Latinoamericana “Comunidades cristianas abiertas, acogedoras, humanizadoras”…, capaces de contagiar fraternidad a nuestro mundo, tan cruzado de individualismo.                 
1.2. Comunidades eclesiales vivas y dinámicas «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17, 21). Esta es la oración de Jesucristo por su Iglesia. Para ella ha pedido que viva la unidad, según el modelo de la unidad trinitaria (cf. GS 24). Así procuraron vivir los primeros cristianos en Jerusalén.
La proclamación de la Madre Celeste Crostarrosa como Beata sea la ocasión para rescatar en nuestra espiritualidad y pastoral misionera redentorista los aportes valiosos, extraídos de la entraña del Evangelio, y que desde un principio ella ofreció a la Iglesia y a la Congregación.
Nombre de bautismo: Julia Marcela Crostarrosa. Nombre de Vida Religiosa: María Celeste. Fecha y lugar de nacimiento: Nápoles (Italia), 31 de octubre de 1696. Padres: José Crostarosa y Paula Baista Caldari.  Fundación O.Ss.R.: Scala (Italia), 13 de mayo de 1731 Fecha de muerte: Foggia (Italia), 14 de septiembre de 1755 Obras: “Instituto y Reglas del Santísimo Salvador”, “Autobiografía, “Meditaciones de Adviento y Navidad” , “Los grados de la oración”, “Diálogos del alma”, “Ejercicio de amor para la Cuaresma”, “Ejercicio de Amor de Dios para todos los días del año” y “Jardín interior del Divino Amor”. Beatificación: Foggia (Italia), 18 de junio de 2016                                  


sábado, 11 de junio de 2016

FARISEOS.... DOMINGO 12 DE JUNIO

¿Fariseos o pecadores?  Dom. 11. T.O. Lc 7, 36-8,3. 12 junio.
Dos personajes, también Jesucristo. Por una parte, el fariseo, de la llamada gente de bien, de entonces. Hace alarde de su generosidad con la invitación a Jesús, el maestro de moda en el momento. Además, abre la puerta de su casa hasta el patio interior a todos los que quieran entrar; razón por la cual allí se encuentra la mujer de no buena fama. Pero él, como genuino israelita, se considera bueno, irreprochable, cumplidor de la ley mosaica, sin necesidad de cambiar en nada. Por eso se siente en capacidad de juzgar, desde la altura de su moralidad, a los demás, como a esa pecadora, a quien Jesús, su invitado, consiente que le lave los pies.
La mujer, en cambio, tan pronto entra en la casa del fariseo y se ha acercado a Jesús, no deja de considerarse, como la conoce todo el mundo, pecadora. Pero ante el mismo Rabí, y ante todos, proclama su arrepentimiento y su propósito de enmienda. Quiere dejar su camino de mal. Esta dispuesta a cambiar.
Su actitud nos recuerda la del hijo de la parábola del mismo Lucas que vuelve a su padre en busca de su perdón. El hijo mayor, gente de bien, como el fariseo, se cree bueno, con derecho a calificar a los otros  y, sobre todo a “ese hijo tuyo que ha despilfarrado la herencia” y a quien desprecia con dureza.
Jesucristo  trata de hacer caer en cuenta al fariseo y a nosotros que Dios no es un señor de reglamentos y de normas morales sino un ser cercano a los pequeños y despreciados y que él mismo, Jesús, ha venido el mundo en su nombre para acercarse a los humildes y dar su perdón a los que se arrepienten. Por eso, mientras el fariseo no tiene nada que recibir de Dios ni de su enviado, ella que por amor se arrepiente, será perdonada. ¿A quién nos parecemos nosotros?

  “Tiene esa fascinación de no tener las cosas claras, de no decir las cosas claramente; la fascinación de la mentira, de las apariencias… A los fariseos hipócritas Jesús les decía también que estaban llenos de sí mismos, de vanidad, que a ellos les gustaba pasear en las plazas haciendo ver que eran importantes, gente culta…”(Papa  Francisco).

jueves, 2 de junio de 2016