sábado, 30 de abril de 2016

LA VOLUNTAD DE DIOS. ¿COMO SABERLA?

Discernir el querer de Dios en el Espíritu. Dom 6º. Pascua. 1 mayo. Jn 17, 20-27.
Los cristianos recibimos de Jesucristo una oración que recitamos con frecuencia. En ella, entre otras cosas, pedimos a Dios hacer su querer: ”Hágase tu voluntad”. El mismo Jesucristo dijo que “su alimento era hacer la voluntad de su Padre”.
Fácilmente podemos darnos cuenta de que si Dios es nuestro Creador, más aún, quien nos ha llamado a ser sus hijos en Jesucristo, nos importa mucho llegar a conocer el querer de Dios. Es la manera de realizarnos como seres humanos camino de nuestro destino último que es el mismo Dios.
Los evangelios al mostrarnos los hechos y palabras de Jesús nos lo señalan como nuestro camino verdadero de vida. La manera más perfecta de “hacer la voluntad de Dios”.
En Rm 12, 2, san Pablo nos recomienda “renovarnos de modo que sepamos discernir lo que Dios quiere, lo bueno lo que le agrada, lo perfecto”.  Y el Papa Francisco nos dice que seamos personas de oración para que en el encuentro íntimo y sincero, alejado de todo interés egoísta, en el santuario de la conciencia, encontremos la voluntad de Dios que será, entonces, la verdad y la bondad de nuestra vida. Y nos recuerda que así lo hizo Jesucristo.                             Con ocasión del día del trabajo haríamos bien en discernir el querer de Dios en nuestras responsabilidades en familia y en la sociedad.

“Que el Señor nos dé la gracia, a todos nosotros, que un día pueda decir de nosotros lo que dijo a aquel grupo, aquella muchedumbre que lo seguía, aquellos que estaban sentados en torno a Él, como hemos escuchado en el Evangelio: He aquí mi madre y mis hermanos. El que hace la voluntad de Dios, éste para mí es hermano, hermana y madre. Hacer la voluntad de Dios nos hace ser parte de la familia de Jesús, nos hace madre, padre, hermana, hermano” (Papa Francisco).

sábado, 23 de abril de 2016

¿LA SEÑAL DE SER CRISTIANOS?

¿La señal de ser cristiano? Amar como Jesús. Dom. 5º Pascua. 24 abril. Jn 13, 34-35.
Es posible que nosotros como los judíos del tiempo de Jesús, nos preguntemos por lo más importante en la vida cristiana. En un  catecismo aún en uso hace pocos años,  se leía que la señal del cristiano es la santa cruz. Los hermanos separados dirán que el signo de ser uno cristiano es leer y llevar consigo la Biblia.
Para nuestra suerte en el texto del evangelio de este día Jesucristo nos dice claramente lo que desea él de sus discípulos: que se amen como él los amó a ellos. Y él mismo expresó cómo amó a los suyos: “Hasta el extremo”, llenando aquel dicho suyo: ”Nadie tiene mayor amor que dar la vida por aquel que ama”. Y como Jesucristo nos amó hasta la muerte, vemos que en Cristo, como en nosotros, el amor no es sin la cruz.
Juan, el de este evangelio, dice en su carta primera: ”En esto consiste el amor en que Dios nos ha amado primero; entonces nosotros hemos de amarnos unos a otros”.
Hace unos años, se socializó en los medios la frase “amor es…” que había que completar cada uno, cada familia, cada grupo. Haríamos bien en meternos en ese ejercicio con el resultado satisfactorio de animarnos a tratar de…. Ser discípulos de Jesucristo.
Francisco invita a un amor genuino, sin segundas intenciones, capaz de dar la vida. Un amor capaz de sacrificarse por los demás hasta volverse servicio: “Si yo digo que amo y no sirvo al otro, no ayudo al otro, no lo hago ir hacia delante, no me sacrifico por el otro, esto no es amor”, advirtió el Papa, que indicó la Cruz como lugar donde encontrar el más alto signo de este amor operoso, dialogante, casto y respetuoso, orientado al servicio, con el que Dios amó y ama a los hombres.


sábado, 16 de abril de 2016

¿SALMO 23? ¿SI Ó SI?

El Señor es mi Pastor. Nada me falta. Dom 4º. Pascua. 17 abril. Jn 10,27-30
Muchos cristianos, discípulos de Jesucristo, han acogido como oración de su entraña el salmo 23. Y hacen bien: es una de las más bellas plegarias de la Biblia. El pueblo de Israel mira a su Dios como aquel que lo cuida con el mismo amor y solicitud del pastor a sus ovejas. Lo alimenta, lo pastorea, lo lleva a hermosos y verdes campos y lo defiende de sus enemigos. ¿Qué más puede esperar? Nada me falta.
            Jesucristo, el Hijo de Dios, el hermano de los hijos del Padre, es el Pastor del nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia, convocado desde todos los rincones del mundo, de toda raza, lengua y nación, para formar, al decir, del apóstol Pedro, “raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, destinado a proclamar las grandezas de quien los llamó a su luz maravillosa”.
             Ser cristiano, discípulo de Jesús, oveja de su rebaño es escuchar su voz y seguirlo: ”… dar importancia a lo que él la dio, defender al ser humano como él, acercarnos a los desvalidos e indefensos como él, y enfrentar la vida y la muerte con su misma esperanza”(J.A.Pagola)

 “La gente seguía a Jesús, porque era el Buen Pastor. No era un fariseo moralista, ni un saduceo que hacía negocios sucios con los políticos y los poderosos, ni un guerrillero que buscase la liberación política de su pueblo… Él era un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, lo entendían, decía la verdad, las cosas de Dios: ¡no negociaba  las cosas de Dios! Sino que las decía de tal manera, que la gente amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían"(Papa Francisco)

lunes, 11 de abril de 2016

VARIEDADES


"EN LA VIDA HAY AUE GOZARSE HASTA EL CAMBIO DE UNA LLANTA" ANONIMO.

NO NECESITAR DINERO EXIGE MÁS TALENTO QUE GANARLO. ANONIMO..

LOS PROBLEMAS SE RESUELVEN CON MUCHO DOLOR O CON MUCHA SERENIDAD. LA OPCION DEPENDE UNO MISMO.

NO HAY NADA TRISTE EN CAMBIAR LAS IDEAS. LO TRISTE ES NO TENER IDEAS PARA CAMBIAR.

DONDE ME HALLO SOY PARTE DEL PAISAJE.

LA LIMOSNA VUELVE A LA GENTE DEPENDIENTE. LA SOLIDARIDAD HACE LIBRES A LAS PERSONAS. EL POBRE NO NECESITA LIMOSNAS SINO OPORTUNIDADES.

SI EL PROBLEMA TIENE SOLUCION, PARA QUE PREOCUPARSE. SI NO LA TIENE, PARA QUÉ PREOCUPARSE.


PESCADORES Y PASDTORES

Pescadores de hombres. 10 abril. III Dom. Pascua. Jn 21, 114.
En el pasaje de este domingo, Jesús ya resucitado se les aparece una vez más, y ante la frustración de la pesca, les indica a dónde deben echar la red y el resultado es asombroso: los peces cogidos son 153, el número de las naciones conocidas en ese tiempo.
Seguramente ellos se acordaron que tiempo atrás, poco después de haberlos llamado a su convivencia y seguimiento, les había dicho: ”No tengan miedo. En adelante serán pescadores de hombres”.
Así, con este signo, entendieron que él estaba con ellos en la misión que les confiaba de ser pescadores de seres humanos. Ellos habían de anunciar a todos el querer del Padre para alejarles del mal que esclaviza y hace esclavos, por el apego a tener más y más, a dominar sobre los otros y al placer por encima de todo. Así se harían colaboradores en hacer real el sueño de Dios de hacernos sus hijos y hermanos entre sí en Cristo Jesús.
Pedro y los apóstoles, y nosotros con ellos, mostrarán su amor a Jesucristo y la fidelidad a la misión de Cristo, sirviendo a los humanos y enseñándoles a ser hermanos según la enseñanza y el ejemplo del mismo Jesús: ”Ámense y sírvanse como lo he hecho con ustedes”.
«En el mundo de hoy, herido por muchos males, es más necesario que nunca que como cristianos testimoniemos juntos con renovada energía la luz de la Pascua, haciéndonos signo del amor de Dios, victorioso en la Resurrección de Jesús. Que este amor pueda, también mediante nuestro servicio humilde y valiente, alcanzar el corazón y la vida de tantos hermanos y hermanas que lo esperan, aun sin saberlo” (Papa Francisco)


viernes, 8 de abril de 2016

DE HUMBERTO ECO.

Cuando los hombres no creen en Dios, no quiere decir que no crean en nada. Creen en todo". H. E.

sábado, 2 de abril de 2016

IGLESIA EN SALIDA. RESUCITADOS.

Con las puertas cerradas. Iglesia en salida. 3 abril. II Dom. Pascua. Jn 20,19-31.
Los discípulos de Jesús tenían miedo. Lo dice Juan, el del evangelio. Y no era para menos: su maestro, en quien confiaban, había sido eliminado. Ellos serían las próximas víctimas. Lo menos que podían hacer era esconderse y dejar que el tiempo arreglara las cosas. “Pasar de agache”, dice la gente en situaciones difíciles.
Es el momento en que Jesús se presenta. Su condición de resucitado le permite vencer las limitaciones de la materia. “La paz esté con ustedes”. Miedosos y desconcertados, es lo que más necesitan. Pero al mostrarles las manos con las heridas de los clavos, el saludo significa que la paz que les desea no es la del perezoso, del que no hace nada, del que se esconde.
La paz de Jesucristo para los suyos es “de salida”, como repite tanto el Papa Francisco. Sí, porque les añade: ”Como el Padre me envió así los envío yo a ustedes”. Y, soplando sobre ellos, añadió: ”Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen serán perdonados”.
También a nosotros nos acosa el miedo con sus muchas caras. Pero también a nosotros, Jesús, nos sale al encuentro para desearnos la paz e indicarnos el camino de ella: que seamos como El, personas “en salida”, hacia los demás, para dialogar y reconciliarnos, para perdonarnos, y así, entre todos construir una familia, una comunidad reconciliada.

“El perdón…es un regalo del Espíritu Santo, que nos llena de la misericordia que purifica y de gracia que brota incesantemente del corazón abierto de par en par de Cristo crucificado y resucitado” (Papa Francisco).