sábado, 2 de abril de 2016

IGLESIA EN SALIDA. RESUCITADOS.

Con las puertas cerradas. Iglesia en salida. 3 abril. II Dom. Pascua. Jn 20,19-31.
Los discípulos de Jesús tenían miedo. Lo dice Juan, el del evangelio. Y no era para menos: su maestro, en quien confiaban, había sido eliminado. Ellos serían las próximas víctimas. Lo menos que podían hacer era esconderse y dejar que el tiempo arreglara las cosas. “Pasar de agache”, dice la gente en situaciones difíciles.
Es el momento en que Jesús se presenta. Su condición de resucitado le permite vencer las limitaciones de la materia. “La paz esté con ustedes”. Miedosos y desconcertados, es lo que más necesitan. Pero al mostrarles las manos con las heridas de los clavos, el saludo significa que la paz que les desea no es la del perezoso, del que no hace nada, del que se esconde.
La paz de Jesucristo para los suyos es “de salida”, como repite tanto el Papa Francisco. Sí, porque les añade: ”Como el Padre me envió así los envío yo a ustedes”. Y, soplando sobre ellos, añadió: ”Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen serán perdonados”.
También a nosotros nos acosa el miedo con sus muchas caras. Pero también a nosotros, Jesús, nos sale al encuentro para desearnos la paz e indicarnos el camino de ella: que seamos como El, personas “en salida”, hacia los demás, para dialogar y reconciliarnos, para perdonarnos, y así, entre todos construir una familia, una comunidad reconciliada.

“El perdón…es un regalo del Espíritu Santo, que nos llena de la misericordia que purifica y de gracia que brota incesantemente del corazón abierto de par en par de Cristo crucificado y resucitado” (Papa Francisco). 

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