MARÍA, NUEVA ARCA DE LA ALIANZA.20
diciembre. Dom. IV Adviento. Lc 1, 39-45. José Pablo Patiño C.
El relato de la
visita de María a su pariente Isabel, en el Evangelio de este domingo, recuerda
el traslado del Arca de la Alianza a Jerusalén. El hecho se narra en el segundo
libro de Samuel, 6. Tres meses estuvo el Arca en la casa de Obededón, llenando
de alegría a aquella familia. Igualmente María permaneció tres meses en la casa
de Zacarías, llevando la bendición del Espíritu de Dios, hecho ser humano, a Isabel y a su
hijo.
La presencia de Jesús, inspira a Isabel
para exaltar la fe de María. Juan, el bautizador, se mueve con gozo inquieto,
dentro del vientre de su madre. Y María manifiesta su alegría en Dios a quien
proclama como el que mira a los pobres y los llama a compartir a plenitud la
dignidad humana.
Hacia el siglo segundo de la Iglesia
cristiana un anciano obispo, Policarpo, acusado de no rendir culto al emperador,
es llevado ante el gobernador. Éste le
pregunta: -¿Eres cristiano? – Sí. - ¿Y eso qué significa? – ¡Que soy
cristóforo, portador de Cristo! Llevo en mi vida y en mis obras a Jesucristo. Nos haría bien darnos cuenta de que ser
cristianos es llevar a Jesucristo, como María y Policarpo, para anunciarlo en
nuestras actitudes y en nuestras acciones y palabras.
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