Sobre Lutero, Francisco confiesa que
"sólo puedo pensar en dos palabras: Reforma y Escritura". Y es que, para el Papa,
"Lutero fue un reformador en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quiso poner remedio a una
situación compleja. Después,
por situaciones políticas y religiosas, esa reforma se convirtió en separación
y no en un proceso de reforma de toda la Iglesia, porque la Iglesia es semper reformanda".
Del mismo modo, Bergoglio asegura que "Lutero dio un gran paso para
poner la Palabra de Dios en manos de los hombres".
La visita del Papa Francisco a Suecia, en el inicio del V
centenario de la Reforma Luterana es un paso en el camino de la unidad de
quienes nos gloriamos con el nombre de Jesucristo. “El 31 de octubre de 1517, el agustino Martín Lutero clavaba
en la puerta de la iglesia de Wittemberg sus famosas 95 tesis, en las que
denunciaba la corrupción y la venta de indulgencias en la Iglesia de Roma. Este
fue el germen del segundo gran cisma de la Historia de la Cristiandad, tras el
que en 1054 separó a católicos y ortodoxos. Ahora, 499 años
después, Francisco quiere sentar las bases para acabar con la división entre
católicos y luteranos”.
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