La vida y el Evangelio. Escuchar a Dios ¿para qué? 17 julio.
Dom. 16 T.O. Lc 10, 38-42
Alguien
que escuche o lea el relato del evangelio de este día podría pensar que
Jesucristo recomienda la actitud de María y desaconseja la de Marta. Pero, no.
Lo que Jesucristo está diciendo a las dos hermanas y a nosotros es que a la
vida hay que buscarle un sentido. Un para qué. Todos hemos visto unos
pajaritos, unos micos, unas ardillas en una jaula… Se mueven, se mueven, no
paran, pero no llegan a ninguna parte. Y a nosotros, los seres humanos, nos
puede pasar lo mismo: nos movemos de mañana a la noche, sin detenernos…. Pero
si nos preguntan a dónde vamos, cuál es nuestra meta en la vida, no sabemos
responder.
Jesucristo
no le dice a Marta que no trabaje. No. Le dice a ella, a nosotros, que le oigamos
a él, que ha venido de parte de Dios a enseñarnos, en palabras y en obras, a
vivir como humanos. A amar, a dialogar, a tolerarnos, a perdonarnos, a
ayudarnos unos a otros como hermanos. “Ámense y sírvanse unos a otros como yo
los he amado y servido a ustedes”.
“Nadie
puede llamarse seguidor de Jesús, si no escucha su voz” subrayó el Pontífice
y explicó que "la imagen del pastor indica la estrecha relación que Jesús
quiere establecer con cada uno de nosotros" porque Él es nuestro guía y
salvador, así como "nuestra vida es plenamente segura en las manos de
Jesús y del Padre, que son una sola cosa, revelados para siempre en el
sacrificio de la cruz.”(Papa Francisco)
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