miércoles, 11 de octubre de 2017

PAPA FRANCISCO EN COLOMBIA

Editorial: LA PEDAGOGÍA PASTORAL DEL PAPA FRANCISCO P. José Pablo Patiño, C.Ss.R. “No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital” - Papa Francisco Los que le escuchamos, la mayoría de los colombianos, quedamos prendados de la capacidad del Papa Francisco para expresar en sentencias, breves y densas, lo que quiso comunicarnos como pastor universal. Este recurso cobraba mayor fuerza al hacer repetir a la gente las frases; así conseguía mantener despiertos y atentos a los oyentes y, al mismo tiempo, les facilitaba apropiarse del mensaje. Todo un lujoso despliegue de pedagogía pastoral.
Seguramente recordaremos por un tiempo sus recomendaciones; por lo menos, por un lapso mayor que las de otros maestros y pastores. Catequistas, párrocos y misioneros tendrán en esta dinámica de comunicación del Papa un apoyo para hacer recordar y vivir a sus audiencias las orientaciones papales.
 Después de la visita del Papa Juan Pablo II en 1986, él también un pastor de gran carisma y atractivo, al preguntar a niños, jóvenes y adultos si recordaban alguna o algunas de sus enseñanzas, la respuesta negativa era la única respuesta. Claro recordaban su figura amable y bondadosa pero de lo que había enseñado, nada. ¿Con el correr del tiempo, nos pasará lo mismo con el legado del Papa Francisco a nuestro país? COMUNICACIÓN NO VERBAL DEL PAPA FRANCISCO. Sin embargo, no podemos dejar a un lado su también admirable comunicación no verbal. Sus gestos y actitudes fueron la base más consistente de su mensaje.
Hacernos conscientes de cómo él nos evangelizó a todos, mediante las disposiciones profundas de su ánimo, durante los cortos días de su visita nos hará bien para beneficiarnos nosotros mismos y hacer bien a quienes nos puedan escuchar. Enumero algunos rasgos que pudimos admirar en él:
1.- Su semblante acogedor. No parecían mermar su frescura y su alegría los cambios climáticos y el desfase del ritmo temporal del país con respecto a Italia y Europa, igual que las jornadas intensas de los viajes, de las celebraciones y de la tensión de las multitudes a su derredor. Todos, aun los que lo visualizaban a distancia, podían sentirse queridos y acogidos. 2.- Su cercanía o “projimidad”. Quizá sin pensarlo expresamente, su actitud era la del buen samaritano de la parábola evangélica ante el hombre caído al borde del camino. Los niños, sobre todo los enfermos, los ancianos, las personas en situación de incapacidad o deformidad: ellos eran los primeros destinatarios de su afecto. Y ellos así lo entendían. Sus rostros iluminados, encantados, mostraban que estaban en la más grande sintonía con el Padre y amigo. 3.- La atención de escucha. Quienes le hablaban de sus dificultades, de su pasado doloroso, de su futuro incierto, encontraban en él alguien que seguía con cariño y empatía su relato y sus inquietudes. Al recordarles luego en la predicación daba a entender que los había escuchado de corazón. 4.- Aunque la mayor parte de sus mensajes fueron leídos no dejaba de imprimir fuerza y claridad, con su voz y sus manos, a lo que consideraba de importancia en el camino de un mejor vivir como país, como familias y como personas.
 5.- Siempre el respeto de las personas, de las instituciones y grupos. El mismo hecho de llevar escritas las homilías de las celebraciones, seguramente era para que sus palabras tuvieran más precisión y no ofendieran a nadie ni dieran ocasión a que alguien se sintiera señalado. Su intención era que cada uno respondiera a su mensaje y a Jesucristo desde su propia situación y que cada oyente encontrara el camino de conversión. A este propósito, un conocido de fuera de Bogotá me envió el escrito de un presbítero: ”Si el Papa dijo que el diablo entra por el bolsillo, ¿por qué lo dijo si no es porque sabía lo de nuestra iglesia local?”.
 6.- La brevedad. En redacción se recomienda:” Sea breve para que te lean… o te oigan”. Las homilías del Papa no excedían los 20 minutos; algunas intervenciones tuvieron alguna mayor extensión por darse en encuentros más prolongados y con especiales asistentes como el de los jóvenes, los religiosos y seminaristas, los Obispos, el Celam y el de la reconciliación en Villavicencio.
7.- Y la oración. En la madrugada, antes de comenzar su actividad pastoral, según noticia de los periodistas, y al final de las celebraciones ante el Cristo mutilado y/ o la Virgen María: plegaria sentida, reposada, prolongada… ¿Y qué, si comenzamos a poner en práctica las enseñanzas del Papa Francisco

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