K. Rahner solía decir de sí mismo que era un hombre «que esperaba llegar a ser cristiano». Cuando, en cierta ocasión, le preguntaba un entrevistador cómo podía hablar así después de más de cincuenta años dedicados a la investigación teológica, Rahner explicaba que «ser cristiano quiere decir siempre estar haciéndose cristiano».
Y luego, con esa humildad propia de los sabios, le revelaba una oración que él mismo repetía y que, a su juicio, cualquier cristiano, sacerdote, obispo o incluso el mismo Papa puede hacer siempre: «Dios mío, ayúdame a no contentarme con creer que soy cristiano, sino haz que llegue a serlo de verdad».
No hay comentarios:
Publicar un comentario