Editorial: LA PEDAGOGÍA PASTORAL DEL
PAPA FRANCISCO P. José Pablo Patiño, C.Ss.R.
“No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital” - Papa Francisco
Los que le escuchamos, la mayoría de los colombianos,
quedamos prendados de la capacidad del Papa Francisco para
expresar en sentencias, breves y densas, lo que quiso comunicarnos
como pastor universal. Este recurso cobraba mayor
fuerza al hacer repetir a la gente las frases; así conseguía mantener
despiertos y atentos a los oyentes y, al mismo tiempo,
les facilitaba apropiarse del mensaje. Todo un lujoso despliegue
de pedagogía pastoral.
Seguramente recordaremos por un tiempo sus recomendaciones;
por lo menos, por un lapso mayor que las de otros maestros
y pastores. Catequistas, párrocos y misioneros tendrán en
esta dinámica de comunicación del Papa un apoyo para hacer
recordar y vivir a sus audiencias las orientaciones papales.
Después de la visita del Papa Juan Pablo II en 1986, él también un pastor
de gran carisma y atractivo, al preguntar a niños, jóvenes y adultos si
recordaban alguna o algunas de sus enseñanzas, la respuesta negativa
era la única respuesta. Claro recordaban su figura amable y bondadosa
pero de lo que había enseñado, nada.
¿Con el correr del tiempo, nos pasará lo mismo con el legado del Papa
Francisco a nuestro país?
COMUNICACIÓN NO VERBAL DEL PAPA FRANCISCO.
Sin embargo, no podemos dejar a un lado su también admirable comunicación
no verbal. Sus gestos y actitudes fueron la base más consistente de su mensaje.
Hacernos conscientes de cómo él nos evangelizó a todos, mediante
las disposiciones profundas de su ánimo, durante los cortos
días de su visita nos hará bien para beneficiarnos nosotros
mismos y hacer bien a quienes nos puedan escuchar. Enumero
algunos rasgos que pudimos admirar en él:
1.- Su semblante acogedor. No parecían mermar su frescura y su
alegría los cambios climáticos y el desfase del ritmo temporal del
país con respecto a Italia y Europa, igual que las jornadas intensas
de los viajes, de las celebraciones y de la tensión de las multitudes
a su derredor. Todos, aun los que lo visualizaban a distancia, podían sentirse queridos y acogidos.
2.- Su cercanía o “projimidad”. Quizá sin pensarlo expresamente, su actitud era la del buen samaritano de la
parábola evangélica ante el hombre caído al borde del camino. Los niños, sobre todo los enfermos, los ancianos,
las personas en situación de incapacidad o deformidad: ellos eran los primeros destinatarios de su afecto.
Y ellos así lo entendían. Sus rostros iluminados, encantados, mostraban que estaban en la más grande
sintonía con el Padre y amigo.
3.- La atención de escucha. Quienes le hablaban de sus dificultades, de su pasado doloroso, de su futuro
incierto, encontraban en él alguien que seguía con cariño y empatía su relato y sus inquietudes. Al recordarles
luego en la predicación daba a entender que los había escuchado de corazón.
4.- Aunque la mayor parte de sus mensajes fueron leídos no dejaba de imprimir fuerza y claridad, con su
voz y sus manos, a lo que consideraba de importancia en el camino de un mejor vivir como país, como familias
y como personas.
5.- Siempre el respeto de las personas, de las instituciones y grupos. El mismo hecho de llevar escritas las
homilías de las celebraciones, seguramente era para que sus palabras tuvieran más precisión y no ofendieran
a nadie ni dieran ocasión a que alguien se sintiera señalado. Su intención era que cada uno respondiera a
su mensaje y a Jesucristo desde su propia situación y que cada oyente encontrara el camino de conversión. A
este propósito, un conocido de fuera de Bogotá me envió el escrito de un presbítero: ”Si el Papa dijo que el
diablo entra por el bolsillo, ¿por qué lo dijo si no es porque sabía lo de nuestra iglesia local?”.
6.- La brevedad. En redacción se recomienda:” Sea breve para que te lean… o te oigan”. Las homilías del Papa
no excedían los 20 minutos; algunas intervenciones tuvieron alguna mayor extensión por darse en encuentros
más prolongados y con especiales asistentes como el de los jóvenes, los religiosos y seminaristas,
los Obispos, el Celam y el de la reconciliación en Villavicencio.
7.- Y la oración. En la madrugada, antes de comenzar su actividad pastoral, según noticia de los periodistas,
y al final de las celebraciones ante el Cristo mutilado y/ o la Virgen María: plegaria sentida, reposada, prolongada…
¿Y qué, si comenzamos a poner en práctica las enseñanzas del Papa Francisco