SACERDOTES Y MAL EJEMPLO. 5 nov. Dom. 31º. TO.A. Mt 23, 1-12.
Si
algo puede estropearse seguramente sucederá tarde o temprano. Este era uno de
los principios de “Las leyes de Peter”,
libro que leíamos por los años 70s. Su difusión fue grande pues sus observaciones,
como ésta, eran y son acertadas. También en lo religioso. Los humanos,
incluidos los clérigos, pueden fallar y con frecuencia,… lo logran. Malaquías, en el siglo V a. C.
llamaba la atención en Israel sobre el mal comportamiento de los sacerdotes por
el descuido en el culto y sus malos
ejemplos en la sociedad. Jesús, a su vez, recrimina a los de su tiempo pues con
hipocresía hacen difícil la fidelidad de los israelitas. Son duras las
expresiones del Maestro: ”Hagan y cumplan
lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo
que dicen”. Hace unos meses, el Papa
Francisco sorprendió al mundo, incluidos los no cristianos, cuando desautorizó
a presbíteros y religiosos en una diócesis de Nigeria porque algunos no
aceptaban al nuevo obispo, por no ser de
su etnia o región. Les recordó, porque lo
habían olvidado, que “Dios no hace diferencia
entre una persona y otra” (Act 10, 34). El que ejerce el ministerio de Dios ha de ser responsable de lo que administra
y ha de dar testimonio con su vida del mensaje que predica. No puede exigir a los demás lo que no practica. Lo dice el Señor
Jesús. Recomendación
también para todos aquellos a quienes se
han confiado otras personas: padres, profesores, autoridades de todos los niveles,
mayores…
“A menudo, como Iglesia, aprendemos de nuestras fragilidades
y de nuestros límites. Todos tenemos. Todos somos pecadores. Ninguno puede
decir: 'Yo no soy pecador'. Pero si alguno de nosotros no se siente que es
pecador, que alce la mano. Todos lo somos. Esta fragilidad, los límites y los pecados de
los pastores, es fácil que causen malestar en los fieles, sobre todo cuando mal ejemplo y son motivo de escándalo”. (Papa
Francisco)
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