¿Dueños
de Dios o hacer nuestro su pensar?.
21 de febrero. Lc 9.28-36. 2do Dom. De cuaresma.
Una de las grandes tentaciones de los creyentes en Dios es
creernos y portarnos como si Dios
estuviera a nuestro servicio. A modo de cajero automático, de alcancía de la
que echamos mano cuando estamos en necesidad. Hasta los mismos ministros de las
iglesias y religiones, a veces se comportan como dueños de lo sagrado, para
concederlo o negarlo a discreción, previo el don, ordinariamente monetario.
El evangelio de este domingo nos muestra cómo Dios ha
manifestado su abundante misericordia por medio de su Hijo Jesucristo. Y nos da a todos, en la persona de los
discípulos, un respaldo y una recomendación:
“Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!”.
La tarea del creyente no es aprovecharse de Dios y explotarlo en
favor propio y de los de su grupo. Es más bien transfigurarnos a su imagen, tratando de pensar y sentir como su mismo Hijo
Jesucristo. “Sean misericordiosos como su
Padre del cielo es misericordioso”. ”Ámense unos a otros como yo los he amado a
ustedes”. "Seguir a Jesús es
propiamente esto: ir por amor con Él, detrás de Él: el mismo camino, la misma
vía. Y el espíritu del mundo no lo va a tolerar y nos hará sufrir, pero un
sufrimiento como el de Jesús. Pidamos esta gracia: seguir a Jesús en el camino
que Él nos ha revelado y que Él nos ha enseñado” (Papa Francisco)
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