Las
tentaciones de Jesús y las nuestras. Lc 4, 1-13. Febr. 14. 1er
Dom. de Cuaresma.
"Las drogas pueden cambiar tus planes.
Métele mente y decide”. Es la consigna de una campaña para disuadir a la
población del consumo de estupefacientes. Pensar y decidir.
El evangelio de hoy nos presenta a Jesucristo
cuando alguien, el tentador, su propia condición humana, su instinto de
conservación, intenta poner un tropiezo a su proyecto de ofrecer vida y “vida
abundante” a los seres humanos. En las tres formas de seducción, facilismo, posesión
de bienes, poder, adivinamos la tentación de creerse dios para sí mismo o de
hacerse un dios a su servicio. Su íntima relación con Dios, su Padre, en la
oración y el discernimiento, le afirma en su proyecto.
Quizá nosotros no tengamos el tropiezo de la
droga. Pero sí es posible el de
hacernos dioses de nosotros mismos; y que, acosados por las dificultades,
aprovechemos la religión, las oraciones y los ritos, para “apropiarnos de Dios” y así creer solucionar,
sin esfuerzo, la necesidad o el afán de dinero, de salud y de éxito social.
"Hoy hay más mártires de la Iglesia que en
los primeros tiempos. Pensemos, nos hará bien pensar en ellos y también pedir
la gracia para no entrar nunca en este proceso de degradación hacia la
mundanidad que nos lleva a estar apegados al dinero y al poder". (Papa
Francisco)
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