Los accidentes, vienen de Dios? o de nosotros?(4)
Creer que Dios interviene en todo lo que sucede nos ciega para no
ver que muchos accidentes son causados por nosotros mismos, los seres humanos. De ordinario, las
autoridades, por desidia o por corrupción, descuidan sus deberes al servicio de
la nación, por ejemplo en la infraestructura de las vías y en la exigencia del
cumplimiento de las leyes del tránsito, de la salud y de la educación.
La gente de a pie nos echamos la cruz encima confiados en que todo lo arregla "el de arriba", y no nos preparamos de modo suficiente para la actividad, un examen o un deporte, no mantenemos en debida forma el vehículo, manejamos después de tomar licor, no hacemos uso del cinturón en el carro o del
casco en la moto, tiramos las basuras en las calles y caños de desagüe y un largo etc. debido a nuestra pereza y descuido.
Así, al poner todo en los designios “inexcrutables” de Dios, jugamos con
ligereza al conformismo, la irresponsabilidad y la complicidad con el proceder de
otros. En esa confianza irracional se escuda, entre otros, el fumador para pedir
cuentas a Dios por llevárselo prematuramente a los 40, el jefe militar que
improvisa un operativo, donde mueren varios soldados, el chofer que maneja ebrio, la trabajadora
social que sigue dando pastillas contra la malaria, sin examinar las pésimas
condiciones del acueducto municipal. Luego de la desgracia, con cara de piadosos decimos que "Dios quiso.. que murieran esos héroes, que desapareciera una persona tan joven, que esos angelitos fueran a hacerle compañía en el cielo...".
Si pensamos mejor nos damos cuenta de que algo no funciona con esta
imagen de la presencia de Dios en el mundo. Ciertamente esta es una imagen
caprichosa e inaceptable de Dios. Es una manera imperfecta y mutilada de Dios,
a la que tendremos que quitarle el polvo y levantarla con cuidado. Continuará(5)
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