MICRO-RELATO DEL MIÉRCOLES.- NO PUEDE SER UN CRIMINAL. Napoleón, el emperador, vio una vez,
desde su carruaje, a un joven que se acercó a un barrendero y le besó una mano
con gran respeto. “¿Quién es aquel hombre?, preguntó. –“Es un ladrón condenado
a barrer las calles”. –“Entonces, ¡suéltenlo!”
-dijo el emperador- “Quien ha educado tan bien a su hijo, que le besa así las
manos en público, sin ningún respeto humano, no puede ser un criminal ni merecer
castigo tan grande”.
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