Ciertamente Dios es
el Creador del mundo. Esta afirmación de los creyentes significa que el mundo
tiene la última explicación en Dios y por Dios. El mundo no procede de la
nada, como si esta nada fuera una
realidad de la que sale el mundo. El mundo, la materia, la vida, el espíritu
humano, todo tiene su raíz o fundamento en Dios. Esta es una afirmación muy seria. Pero no la podemos demostrar.
No es una cuestión que el creyente pueda mostrar al no creyente y
tildarle de ignorante o de mala voluntad. Es una afirmación razonable. En último término, una creencia. Tampoco el no creyente, el que
afirma la no existencia de Dios, puede demostrarlo, aunque su afirmación no es
una irracionalidad ni mucho menos. El también se mueve en la creencia.
Tanto creyentes como no creyentes, cuando lo hacen con seriedad y de
buena fe, son seres que se mueven en afirmaciones sobre el sentido de la
realidad y de la existencia que sólo pueden sostener razonablemente. No hay
pruebas definitivas para nadie sobre la totalidad y sentido de la realidad y de
la vida. Y hay razones tanto para afirmar como para negar la existencia de
Dios.
Volvamos ahora sobre la afirmación creyente de que Dios es el Creador,
la razón última de la existencia de este mundo. ¿Cómo podemos concebir la
presencia en el mundo del Creador del universo?(16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario