viernes, 6 de noviembre de 2015

EL PAPA FRANCISCO, LOS TAMALES Y LA FE


Francisco, en el Sínodo“EL GOZO DEL EVANGELIO” PARA UN MUNDO MAS HUMANO.  ¿Qué es lo más importante en la fe?  E.G. # 36. El tamal y las hojas de la fe. Noviembre 2015. José Pablo Patiño C.

Diciembre  a una página del calendario. El año pasado, un periodista escribía con nostalgia que se habían perdido las tradiciones. Ya no se daban  esas cosas lindas y enternecedoras como el pesebre anacrónico, la novena y los gozos de sabor rancio, el cortejo de los pastorcillos, ah!, y los villancicos ingenuos al son de las chirimías y panderos. ¡Las de antes!, esas sí, de verdad Navidades!  Y la Semana Santa…!

Ante la añoranza del folclore cristiano, surge la pregunta sobre qué es lo importante en la Navidad, más aún, qué es lo central en la fe. Los mismos judíos, con disponer de toda una extensa y variada escritura, 47 libros, se preguntaban, y le preguntaban a Jesús, el Rabí del momento, sobre el mandato principal de la Ley.  El Papa Francisco en su carta- programa, no 36, viene en nuestra ayuda:

“Todas las verdades reveladas proceden de la misma fuente divina y son creídas con la misma fe, pero algunas de ellas son más importantes por expresar más directamente el corazón del Evangelio. En este núcleo fundamental lo que resplandece es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado. En este sentido, el Concilio Vaticano II explicó que «hay un orden o “jerarquía” en las verdades en la doctrina católica, por ser diversa su conexión con el fundamento de la fe cristiana».                                                            

“Santo Tomás de Aquino enseñaba que en el mensaje moral de la Iglesia también hay una jerarquía, en las virtudes y en los actos que de ellas proceden. Allí lo que cuenta es ante todo «la fe que se hace activa por la caridad» (Ga 5,6)… Por ello explica que, en cuanto al obrar exterior, la misericordia es la mayor de todas las virtudes” EG.36.40)

El Papa señala lo esencial de la fe y de la práctica cristianas. Todos sabemos cómo el tamal, el sabroso compañero del chocolate, se envuelve en unas hojas de bijao o de plátano; la masa de maíz y la sazón es lo importante; lo que lo envuelve es secundario. Las hojas no se comen. ¿Qué es en la fe el tamal y qué las hojas?

 El mismo Francisco nos advierte que, debido a la velocidad de las comunicaciones, la selección interesada de los medios, el pensamiento light de nuestra época, existe el riesgo de vivir y ofrecer un mensaje cristiano mutilado y reducido a algunos elementos secundarios: cantos, devociones, prácticas, ritos, costumbres, rezos… Con ello se traiciona la fidelidad a la revelación de Dios y a la vocación e identidad del ser humano.

Jesucristo quería que sus discípulos no se perdieran en el universo de las opciones: “Busquen, ante todo, el Reino de Dios y lo que es justo; porque todo lo demás vendrá como consecuencia”.

Literalmente, el Papa y el Evangelio ofrecen expresiones distintas. Sin embargo, ambos apuntan a lo esencial: el amor de Dios en Cristo. La Iglesia, a la que asiste el Espíritu de Jesús, a través de su historia, va señalando, en medio de los cambios  de los tiempos, cómo ese núcleo se actualiza para nosotros.

Jesucristo, en el evangelio de san Juan, nos dice con certera claridad: ”Este es mi mandamiento nuevo: que ustedes se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. En esto conocerán que ustedes son mis discípulos: en que ustedes se amen”. Pablo, el apóstol, por su parte, en la carta a los Efesios, nos habla del sueño de Dios que es “destinarnos por medio de su Hijo Jesucristo a ser sus hijos por adopción,…para que seamos un himno de alabanza a su gloria…”  

Y el documento de Puebla, de la Iglesia latinoamericana, 1979, traduce a nuestros tiempos el querer de Dios cuando nos dice que el proyecto  de Dios es que “este universo nuestro, siguiendo el camino de Jesucristo,  sea un hogar amable para todos los seres humanos”

Esto entonces es para nosotros como miembros de la Iglesia, seguidores de Jesucristo, el núcleo de la creencia y práctica cristianas. Al no perder de vista lo esencial, no nos enredamos en lo secundario. Obispos, presbíteros, religiosos, catequistas, padres de familia, padrinos, profesores… podemos orientarnos nosotros mismos y a ayudar en sus opciones y decisiones a quienes están junto a nosotros como hijos, feligreses, alumnos, vecinos…

Gracias a quienes envíen sus comentarios  y/o lo compartan.       pablopatino4@hotmail.com        El escrito aparece también en Facebook.  




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