“EL GOZO DEL
EVANGELIO” PARA UN MUNDO MAS HUMANO. ¿Qué es
lo más importante en la fe? E.G. # 36. El tamal y las
hojas de la fe. Noviembre 2015. José Pablo Patiño C.
Diciembre a una página del calendario. El año pasado,
un periodista escribía con nostalgia que se habían perdido las tradiciones. Ya
no se daban esas cosas lindas y
enternecedoras como el pesebre anacrónico, la novena y los gozos de sabor
rancio, el cortejo de los pastorcillos, ah!, y los villancicos ingenuos al son
de las chirimías y panderos. ¡Las de antes!, esas sí, de verdad Navidades! Y la Semana Santa…!
Ante
la añoranza del folclore cristiano, surge la pregunta sobre qué es lo
importante en la Navidad, más aún, qué es lo central en la fe. Los mismos
judíos, con disponer de toda una extensa y variada escritura, 47 libros, se
preguntaban, y le preguntaban a Jesús, el Rabí del momento, sobre el mandato
principal de la Ley. El Papa Francisco
en su carta- programa, no 36, viene en nuestra ayuda:
“Todas las verdades reveladas proceden de la misma fuente
divina y son creídas con la misma fe, pero algunas de ellas son más importantes
por expresar más directamente el corazón del Evangelio. En este núcleo
fundamental lo que resplandece es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y
resucitado. En este sentido, el Concilio Vaticano II explicó que «hay
un orden o “jerarquía” en las verdades en la doctrina católica, por ser diversa
su conexión con el fundamento de la fe cristiana».
“Santo
Tomás de Aquino enseñaba que en el mensaje moral de la Iglesia también hay una
jerarquía, en las virtudes y en los actos que de ellas proceden. Allí lo que
cuenta es ante todo «la fe que se hace activa por la caridad» (Ga 5,6)… Por
ello explica que, en cuanto al obrar exterior, la misericordia es la mayor
de todas las virtudes” EG.36.40)
El
Papa señala lo esencial de la fe y de la práctica cristianas. Todos sabemos
cómo el tamal, el sabroso compañero del chocolate, se envuelve en unas hojas de
bijao o de plátano; la masa de maíz y la sazón es lo importante; lo que lo
envuelve es secundario. Las hojas no se comen. ¿Qué es en la fe el tamal y qué
las hojas?
El mismo Francisco nos advierte que, debido a
la velocidad de las comunicaciones, la selección interesada de los medios, el
pensamiento light de nuestra época, existe el riesgo de vivir y ofrecer un
mensaje cristiano mutilado y reducido a algunos elementos secundarios: cantos,
devociones, prácticas, ritos, costumbres, rezos… Con ello se traiciona la
fidelidad a la revelación de Dios y a la vocación e identidad del ser humano.
Jesucristo
quería que sus discípulos no se perdieran en el universo de las opciones: “Busquen, ante todo, el Reino de Dios y lo
que es justo; porque todo lo demás vendrá como consecuencia”.
Literalmente,
el Papa y el Evangelio ofrecen expresiones distintas. Sin embargo, ambos
apuntan a lo esencial: el amor de Dios en Cristo. La Iglesia, a la que asiste
el Espíritu de Jesús, a través de su historia, va señalando, en medio de los
cambios de los tiempos, cómo ese núcleo
se actualiza para nosotros.
Jesucristo,
en el evangelio de san Juan, nos dice con certera claridad: ”Este es mi mandamiento nuevo: que ustedes se
amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. En esto conocerán que ustedes
son mis discípulos: en que ustedes se amen”. Pablo, el apóstol, por su
parte, en la carta a los Efesios, nos habla del sueño de Dios que es “destinarnos por medio de su Hijo Jesucristo
a ser sus hijos por adopción,…para que seamos un himno de alabanza a su
gloria…”
Y
el documento de Puebla, de la Iglesia latinoamericana, 1979, traduce a nuestros
tiempos el querer de Dios cuando nos dice que el proyecto de Dios es que “este universo nuestro, siguiendo el camino de Jesucristo, sea un hogar amable para todos los seres humanos”
Esto
entonces es para nosotros como miembros de la Iglesia, seguidores de
Jesucristo, el núcleo de la creencia y práctica cristianas. Al no perder de
vista lo esencial, no nos enredamos en lo secundario. Obispos, presbíteros,
religiosos, catequistas, padres de familia, padrinos, profesores… podemos
orientarnos nosotros mismos y a ayudar en sus opciones y decisiones a quienes
están junto a nosotros como hijos, feligreses, alumnos, vecinos…
Gracias a quienes envíen sus
comentarios y/o lo compartan. pablopatino4@hotmail.com El escrito aparece también en
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