Pensamos con la gente que el poder es la capacidad que uno tiene para someter las cosas y las personas a nuestra voluntad. Cuanto más individuos tengamos a nuestras órdenes nos creemos más poderosos. Y eso mismo se lo acomodamos a Dios y a Jesucristo: Señor de señores, Rey de reyes. Incluso, en tiempos pasados, afortunadamente, el Papa, su representante, se consideraba que tenía el "poder" de destronar soberanos y de arreglar diferencias, sin tener por encima ninguna autoridad.
Sin embargo, Jesús dijo: el que quiera ser grande e importante que se haga el servidor de todos. Y añadió: Como el Hijo del hombre, él mismo, que no vino a ser servido sino a servir".
Según Cristo el poder es para servir no para imponerse sobre nadie.
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