miércoles, 18 de julio de 2012

DIOS. ¿QUÉ IMAGEN?


 El Dios del Evangelio no es intervencionista (8)

Recordemos algunos pasajes del Evangelio donde Jesús claramente dice que los sucesos, por graves que sean, no son mandados por Dios. El primer caso está en el evangelio de Lucas (13, 1-5). Se trata de la muerte de unos galileos, probablemente en algún enfrentamiento con los soldados romanos. Jesús expresamente dice que no fue por ser “más pecadores que los demás”. No se trata de ningún castigo divino.

A continuación, y como queriendo limpiar nuestra mente de la idea de que Dios tiene algo que ver con accidentes y desgracias, alude a un conocido suceso de aquellos días: la muerte de dieciocho personas aplastadas por la torre de Siloé. También aquí Jesús está lejos hasta de la sombra de sospecha de que fuera como castigo por sus pecados. 
No eran “más culpables que los demás habitantes de Jerusalén”.

Esta doble insistencia en el mismo texto claramente nos indica que Jesús no atribuye ninguna desdicha, accidente, muerte violenta, etc. a intervención divina alguna. Y  menos, que  fuera un castigo, represalia o escarmiento divino. Igualmente podemos pensar de las  malformaciones o deficiencias de nacimiento. Hay que buscar su origen en otra parte. (Continuará 9)

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